Para promover la economía circular y el modelo de «empresas B» en el «Segundo Encuentro Impulsa», de la Cámara de la Producción y el Comercio Biobío, estuvo el socio fundador y director general de TriCiclos, Gonzalo Muñoz.
Las «empresas B» buscan ofrecer soluciones concretas a problemas sociales y ambientales, bajo altos estándares de transparencia. En el caso de TriCiclos es «buscar soluciones para reducir la generación de residuos, haciendo una gestión más sustentable del ciclo de vida útil de los productos».
– ¿Cómo afecta la economía circular a las personas comunes y corrientes?
«Cada vez que hablamos de economía circular, eso toca el tema de los residuos domiciliarios. Chile tiene que avanzar muy rápidamente en ciertas dimensiones que requieren acción coordinada del sector público, de la ciudadanía y por supuesto, con participación del empresariado».
«Debemos aprender a trabajar los residuos orgánicos de manera separada del resto, porque generan procesos de degradación que producen metano, y ese metano tiene un potencial de efecto invernadero incluso mayor que el CO2».
-¿Cómo se puede promover este cambio cultural?
«Toda acción que hagan los municipios, y que pueda articular o promover el gobierno central para que en Chile los residuos orgánicos se segreguen por separado y vayan a procesos controlados de compostaje o de biodigestión, es un paso extraordinario que podemos hacer como país para disminuir nuestra huella total».
– ¿Qué segmento es el que mejor se va adaptando a estos cambios?
«La receptividad que existe a estos temas es bastante transversal. Es evidente que los niños tienen mayor capacidad de conectarse y de asimilarlo, pero es cada vez más sorprendente que los públicos a los que hablo, de más de 40 ó 50 años de edad, ya tienen incorporados el que estamos en un tema que necesita resolverse y están ávidos de ver soluciones».
– ¿De qué otra manera se puede aportar a este propósito?
«Chile está avanzando fuertemente en lo que tiene que ver con los residuos plásticos, entendiendo que hay muchos plásticos que tienen no sólo una funcionalidad, sino también una alta reciclabilidad, y esos plásticos tienen que permanecer en el sistema, circulando el máximo posible. Tenemos que fortalecer los sistemas productivos y logísticos que facilitan que esos plásticos circulen».
«Hay otros plásticos cuya probabilidad de ser reciclados es nula, entonces en esos casos tenemos que eliminar los que son innecesarios, y estoy hablando del Biobío, de Chile y del mundo.
– ¿Existe alternativa para ese tipo de plásticos?
«Una de las innovaciones que tenemos hoy es la de los plásticos compostables. Cuando nosotros como país empezamos a promover el compostaje domiciliario, cadenas de recolección de residuos compostables y sistemas de compostaje industrial, vamos a facilitar el que la industria introduzca ciertas aplicaciones prácticas que hoy son complejas, y se posicione sobre la compostabilidad a través de los biopolímeros».
Muñoz explica que, a nivel global, el sistema financiero está empezando a premiar con tasas de interés diferenciado a aquellas empresas que muestran comportamientos circulares respecto de aquellas que tienen comportamientos lineales.
– ¿En qué otro ámbito podemos marcar la diferencia?
«Hay que ver el tema de los electrónicos, porque es importante saber qué hacer a nivel regulatorio, a nivel de sociedad y de las empresas, de ponerle freno a lo que se llama obsolescencia programada. Es inaceptable que nos veamos forzados a cambiar equipos electrónicos que están diseñados para fallar después de un determinado tiempo o porque se le acaba la batería porque tuviste que hacer una actualización. Esos son modelos que deben empezar a quedar obsoletos».
– Pero ¿qué podemos hacer al respecto en Chile?
«Si bien Chile no es un productor de aparatos electrónicos, sí tiene capacidad de promover criterios de compra diferenciados. Entonces, a nivel de tratados de libre comercio y a nivel de compras de las grandes multinacionales que operan en el país podemos, cuando menos, no quedarnos callados y decir que no estamos contentos de tener que estar comprando electrónicos que fallan, porque están diseñados para fallar».
– ¿Hay algún otro tema al que no e estemos prestando atención?
«Donde tenemos que empezar a ponernos cada vez más serios tiene que ver con el mundo de la moda. La cantidad de ropa que se desecha producto de incentivos mal puestos o de una cultura de comprar y botar, es alta. Hay que corregir y evitar que los textiles terminen en la basura en las cantidades que están terminando».
«Cada vez que hablamos de economía circular, eso toca el tema de los residuos domiciliarios».
Gonzalo Muñoz, TriCiclos
«No estamos contentos de estar comprando electrónicos que fallan, porque están diseñados para fallar»
Noticia publicada por Diario La Estrella de Concepción, el 27 de abril de 2019.