Rosario Navarro, vicepresidenta de Sonda y miembro del Comité ejecutivo y Consejera de Sofofa.
Columna publicada en Diario El Mercurio, el día 15 de agosto de 2019.
Como ya lo venimos haciendo hace años, Comité Ejecutivo de la Sofofa se reunió en regiones. Esta vez visitamos la región del Biobío. De niña recuerdo que solíamos pasar por Concepción al sur desde Santiago, y la verdad es que siempre me ha invadido un sentimiento de nostalgia cuando recuerdo esos viajes en auto en familia, pero esta vez iba acompañada de una familia nueva, mis colegas del Comité Ejecutivo y la nostalgia adolescente era reemplazada por la excitación y la sorpresa por lo que me iba develando el panorama local.
En una apretada agenda conocimos un polo de conocimiento con más de 120 mil estudiantes en la educación terciaria, casas de estudio con un foco en el conocimiento e I+D, el desarrollo de una industria madura y consciente, conectividad intermodal y un entorno natural privilegiado.
Partimos con un día maravilloso en la Universidad de Concepción para conocer el trabajo que realiza la casa de estudios en diversos ámbitos de investigación, además de reunirnos con estudiantes, explorar las posibilidades de colaboración en el ámbito-técnico profesional, y conocer un poco más de esta histórica casa de estudios en su centenario.
En estos encuentros los estudiantes nos dieron la primera buena noticia, compartiendo una visión optimista sobre el vínculo entre la empresa y sus expectativas. Muchos de ellos quieren emprendes, otros tenían atendibles críticas: señalaron que la empresa debe salir del perímetro de su fábrica e involucrarse con la comunidad, con el medio ambiente, y con la universidad en el desarrollo de investigación y generación de conocimiento.
Seguimos con un encuentro con directivos del Parque Científico y Tecnológico del Biobío (Pacyt), encontrando mucha convergencia con el trabajo que venimos haciendo con Sofofa Hub, un proyecto que busca unir las necesidades de innovación de la empresa, centros de investigación y ecosistemas de emprendimiento que propongan soluciones.
Visitamos luego las obras de construcción del proyecto de Modernización y Ampliación de Planta Arauco, en la comuna de Arauco y conocimos el trabajo que se está desarrollando en materia de promoción de la empleabilidad, instalación de capacidades para el empleo y emprendimiento local. Pudimos constatar in situ el impacto de esta inversión de $2350 millones de dolares en la economía local y regional.
Por último visitamos el Liceo Técnico Profesional Federico Schwager CPC Biobío, donde este sistema de educación diferenciada tiene desafíos específicos que hacen aun mas complejo su diseño y gestión. Me sorprendo gratamente que, en este caso, su modelo de liderazgo y curriculum esten alineados con el sector productivo, proyectando las trayectorias educativas de los estudiantes para que puedan continuar su formación, y haciendo seguimiento a sus egresados.
Sus profesores, estudiantes y directivos nos mostraron que es posible torcerle la mano a la vulnerabilidad. En este liceo los alumnos han ido adquiriendo conocimientos que requieren las empresas y organizaciones -ambos mundos están en sintonía-, los docentes operan como guia y son la primera instancia de vinculación con las exigencias con el mundo laboral.
Veo a la región del Biobío mirando al futuro con entusiasmo y trabajo bien hecho, lista para aportar con sus talentos y su historia al crecimiento de nuestro país.